El Caballo Menorquín
Caballo Menorquin: El Caballo de Sant Joan
El caballo menorquín es una de las variedades de caballos más antiguas, con un historial sólido que se remonta a varios siglos.de gran antigüedad y que ha logrado llegar hasta nuestros días gracias a su papel fundamental en las festividades de Sant Joan, donde los caballos son protagonistas de las fiestas. Con grandes aptitudes para la doma y el deporte y ocio ecuestre, estos caballos cuentan en la actualidad con una gran demanda en España y Europa.Esta raza única puede ofrecer resultados excelentes a quienes buscan un caballo resistente y con mucho talento. En esta guía, explicaremos todo lo que necesitas saber para prepararte para una aventura con este noble corcel.

Nadie puede negar que España es un país de caballos. Aunque no existe una fecha aproximada para la aparición del caballo doméstico en la Península Ibérica, el territorio que hoy ocupa nuestro país estuvo habitado en el pasado por grupos de caballos salvajes o semisalvajes que se cruzaron con otros ejemplares de origen bereber y euroasiático.
Nuestra tradición equina ha provocado que a lo largo de los siglos hayan surgidomultitud de razas cada una de ellas adaptadas al clima, orografía y utilidad de cada región y aunque algunas han desaparecido muchas otras han llegado hasta nuestros días formando parte de nuestro patrimonio. Un claro ejemplo de este proceso evolutivo es el caballo menorquín.
Se trata de una raza equina muy antigua pero que hasta hace poco apenas era conocida más allá de su isla de orígen. Ha sido el aumento de popularidad de los festejos tradicionales de la zona, donde los caballos tienen un papel fundamental, lo que ha logrado que la raza se perpetúey se siga criando, llegando incluso a exportarse fuera de nuestras fronteras.
Historia del caballo menorquín
El caballo menorquín es autóctono de la isla de Menorca y se sabe que está directamente emparentado con el caballo mallorquín y con el antiguo caballo catalán, que en la actualidad se considera extinto.
Durante siglos fue muy apreciado en las zonas rurales gracias a sus aptitudes y su carácter, lo que permitió sobrevivir a pesar de la entrada de otras razas más pesadas que ganaron terreno en las labores agrícolas y de transporte.
El reconocimiento como raza en 1988 por parte de la Jefatura de Cría Caballar del Ministerio de Defensa, otorgó al caballo menorquín una categoría que le ha permitido ganarse un puesto de honor entre las razas ibéricas.

En buena parte esta raza equina ha llegado hasta nuestros días gracias a la festividad de Sant Joan, una celebración en la que desde hace más de dos siglos participan los caballos menorquines. De hecho los equinos tienen un papel protagonista en las fiestas más emblemáticas y famosas de la isla de Menorca.
Actualmente existe una Asociación de Criadores y Propietarios de Caballos de Raza Menorquina que gestiona tanto el libro genealógico como el programa de Conservación y Mejora Oficial que ha permitido que las características morfológicas y de carácter se hayan mantenido fieles a la raza y que se hayan alcanzado los 4.000 ejemplares registrados.
Pero además de exhibiciones el caballo menorquín tiene grandes aptitudes para la equitación de ocio y la doma. Esto ha hecho que desde países como Italia y Holanda haya surgido una fuerte demanda, llegando a considerarse una de las razas aceptadas -por cruce con frisón- para la obtención de caballos Warlander.
¿Cómo es un caballo menorquín? Características físicas de la raza
El caballo menorquín es un caballo de sangre templada y tamaño medio, las hembras deben superar los 151 centímetros y los machos los 154 centímetros de alzada. Tienen una cara recta o ligeramente acarnerada, un cuello y tronco alargado y unas patas finas y musculosas. La capa es siempre negra azabache con crines y cola negras, densas y largas, aunque se aceptan pequeñas manchas blancas en cabeza y extremidades.

Esta raza destaca por tener un carácter noble y complaciente. Son caballos fáciles de domar y con muy buenas aptitudes para la monta, por lo que se emplean en ocio pero también en alta escuela, doma clásica, salto e incluso enganche ligero. Estos equinos suelen mostrarse colaboradores para el trabajo y demuestran buenas actitudes para el trabajo con niños.
Dado que la demanda de caballos para las festividades es muy limitada, la cría y selección de caballos menorquines está enfocada a fines deportivos, especialmente la doma clásica y doma menorquina. Esta última es una disciplina reconocida por la Federación Hípica de las Islas Baleares, regulada oficialmente en los años ochenta y que tiene su orIgen en las fiestas tradicionales de Menorca, en la que se valoran tanto los tres aires del caballo (paso, trote y galope) como figuras y el tradicional “bot”.
